Lavado de la lana

 Cuando empecé a trabajar con la lana lo primero que me sorprendió fue el tacto. Como si fuera algodón de azúcar, eso es por culpa de la grasa lanar o lanolina.

La segunda el olor. Eso era de esperar claro. Es una fibra animal y por lo tanto su origen conlleva un olor fuerte.

El primer paso fue cribar los vellones. Aún no entendía muy bien lo de las calidades. Cosa que he ido aprendiendo con la práctica. Los cogí todos y fui separando las partes más afieltradas por el roce y las más sucias.

Sobretodo los cuartos traseros son los mas afectados. Les suelen cortar la cola para que la caca y el pipi no les creen infecciones. Recibí algún vellón de ovejas que conservaban la cola y realmente no se podian aprovechar porque la lana estaba totalmente estropeada.

Una vez realizado este primer cribado, pasé a lavarla con agua caliente (que no llegue a hervir) y jabón (yo uso uno potásico). Dejo el vellón en remojo durante almenos 10 min y luego lo paso a otro barreño donde hay agua templada. Después dejo escurrir y la tiendo horizontalmente al sol.

No es un trabajo difícil, pero si largo. Porque la mayoría de vellones necesitan más de un lavado. Además que dependo del clima y como ya expliqué la lana es higroscopica, por lo tanto en un clima húmedo recoge dicha humedad.

Aún me quedan varios sacos por lavar. Al principio me daban las prisas. Pero este proyecto también me esta enseñando a tener paciencia.

El slow life que dicen ahora.


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