Vendimia

 Empezamos el viernes con niebla y llovizna.

Unas vides de brazo, de estas que te hacen estar todo el dia con los brazos levantados, somos bajitos asi que nos llevamos unas cajas de estas de botellas para llegar.

Nos han impuesto unos mínimos, a los que todavía no hemos llegado. 17 cajas por persona. El año pasado, el primero; trabajamos solo con vides espalderas y aunque el primer dia lo pasé fatal, porque no tenia ni idea, llegué a ir a buen ritmo. También decir que era otra bodega y que por protocolo covid íbamos completamente solos y os digo la verdad, cuando voy sola, soy una motivada.

A lo que iba, nos han puesto un grupo burbuja de 10. Y dentro de estos diez vamos en pareja.

Así que, dos bajitos se tienen que enfrentar al mundo de las parras en lo alto y tengo unas agujetas en los gemelos de ponerme de puntillas y en las cervicales de mirar hacía arriba, que hubiese preferido trabajar hoy, domingo, para que los músculos siguieran ejercitando y ya pasar las agujetas cuando haya acabado todo.

Nos ofrecimos a trabajar en las de uno de la zona estos que no te contratan pero te dan de comer y cenar. Y te pagan un poco más si vas con brío. Pero al final no a salido así que hoy a sido día de sofá, estirando em chicle y cabezaditas espontáneas.

En la reunión previa nos dicen que la bodega fomenta el compañerismo, pero lo que hacen es crear rivalidad, por hacer muchas cajas. Nosotros hemos intentado compartir brazo con otras parejas y trabajar en paralelo para ganar eficiencia y pasar las zonas más rápido, pero por ahora parece que no somos escuchados.

Me estoy dando cuenta que el cambio que he hecho en mi vida repercute en otras facetas y que trabajar con la presión de llegar a unos números (en los que depende de factores externos como la altura, o el tamaño de la uva), ya no va conmigo. Pero que trabajar en esto me gusta. Parece que al fin y al cabo los trabajos mecánicos (de repetición) me ayudan a abstraerme y disfruto de ellos a otro nivel por muy físicamente cansada que me dejen.

De hecho mi oficio de camarera, para mi era muy automático, sobretodo en la época restaurante cuando casi todos los domingos me tocaba la misma gente. Y disfrutaba llegar a casa cansada mental y físicamente, hasta que me di cuenta que me explotaban y que estaba dando demasiado. No digo que todos los del gremio trabajen así, pero he caído siempre en trabajos de ambiente familiar en los que les das un dedo y te absorben. Y fuera del gremio también.

Creo que sería mejor algún tipo de refuerzo positivo en vez de caer en el de que si no llegas a los mínimos te pueden dar una patada. 

Mañana veremos que pasa, le he propuesto a mi pareja otro plan de acción. Os contaré de nuevo cuando acabe, esperemos, unos 10 días más; o antes, si nos echan, o si pasa algo extraordinario.

Comentarios