La lana

 La lana es una fibra natural que se obtiene de la esquila anual del pelo de los ovinos, principalmente, la oveja y caprinos. Pero también de las llamas, alpacas, vicuñas...

La practica del esquilado no debería de afectar negativamente al animal. Los esquiladores expertos tienen los conocimientos para realizarla sin hacer ningún tipo de daño, además de que se hace justo antes de que lleguen las temperaturas altas del verano y le sacamos peso a nuestras ovejas. Se evitan también infecciones.

El uso de esta fibra se remonta al Neolítico y se suele usar en zonas frías porque las propiedades de esta, hace que se mantenga el calor corporal.

No todo el vellón tiene las mismas características, dependiendo de la parte del cuerpo del animal, presentan diferencias en la finura y la suciedad acumulada.

Por eso antes de proceder al lavado y los posteriores pasos, se clasifica la lana donde se tiene en cuenta la finura, la longitud, la resistencia, el color, el brillo, el grado de enfieltramiento...


La lana es una fibra:

Resistente, permite un gran grado de estiramiento de las fibras.

Elástica, vuelve a su estado natural después del estiramiento, hasta cierto punto claro.

Flexible, se dobla con facilidad, sin romperse.

Ignífuga, resistente al calor y al fuego.

Higroscópica, es capaz de retener la humedad ambiental, en climas húmedos y perderla en climas secos. Puede absorber hasta el 50% de su peso. Esta propiedad se la confiere en parte la lanolina, la grasa lanar, que también hace de la lana una fibra hipoalergénica.


Al ser una fibra de origen animal, tiene una gran afinidad con los tintes naturales. Y en muchos casos no haría falta el mordentado (tema del que hablaré más adelante). La lana es resistente al los ácidos suaves o diluidos, que serían los que usaríamos en caso de querer prepararla para la tinción.

Centrándonos en las ovejas, existen varias especies que se crían solo por la lana, entre ellas la famosa lana merino. Actualmente la mayor producción se encuentra en Australia, pero durante una época fue en la península ibérica donde tenían el monopolio.

Es curioso como hace 500 años, o eso dicen, lo raro era ver una oveja merino blanca, pero optaron por reproducir solo las ovejas con lana blanca, ya que esta se podía teñir; causando la casi desaparición de la oveja negra.

Pero no todas las ovejas tiene la lana que produce la merino, y esa lana que proporcionan las variedades criadas para la carne o la leche es considerada un desecho.

Muchas veces a los propios ganaderos ven como tiene que gastar un dinero en la esquila pero nadie quiere esa lana, ya que tiene unas fibras cortas y toscas, que al contacto con la piel no son agradables. Cabe decir que esta gente que tiene las ovejas para estos menesteres, sabiendo que la lana no va a tener salida, han ido descuidando el cuidado de la fibra. Al fin y al cabo, un pez que se muerde la cola.

Aún así con este tipo de lana rústica se pueden fabricar infinidad de productos, desde alfombras, hasta posavasos, pasando por tiestos o cestos.

 Además de usarla como aislante, también se esta trabajando para darle usos agrícolas. Por ejemplo como sustrato o para mulching.

En definitiva, la lana es un material que favorece a la economía circular, además de ser un material ecológico y 100% biodegradable.

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