Tintes naturales

 En esta nueva aventura también quise introducir los tintes naturales. Una de mis clases favoritas en la Escuela de Diseño de Moda era la estampación. Nos enseñaron varias técnicas y creo que aún tengo por ahí guardad un cono de papel con cera de abeja para una técnica llamada Batik, reserva las partes que no quieres teñir mediante esa cera.

Bueno, cuando vamos a teñir una fibra animal como la lana, no es lo mismo que teñir una fibra vegetal. La lana tiene una gran afinidad con los tintes naturales, por eso en muchos casos no hará falta un pretratado de la fibra. En el caso de las fibras vegetales si que necesitaremos sí o sí, mordentar la pieza que queramos teñir.

Mordentar, del latín mordere, significa morder. Estos mordientes actúan como enlace entre la fibra y el tinte. Entre los más conocidos, el Alumbre o el Cremor tártaro. Pero también lo son: la sal, el vinagre o el limón.

Cuando ya hemos mordentado la pieza, podemos pasar a teñirla. Antes de introducirla en el tinte debemos humedecerla bien, que sea uniforme, para luego evitar "manchas". Si es con agua un poco caliente mejor, así evitaremos el cambio de temperatura brusco que hace afieltrar la lana. Además evitaremos tener la lana en ebullición por lo mismo.

No soy experta, he hecho varias pruebas y algunas han salido bien y otras mal. La mejor la de trébol rojo que le dio un toque dorado a la lana precioso. Y otro baño de uva tinta, que le confirió un tono morado pálido que me tiene enamorada.

Ahora tengo un montoncito de agallas de roble, que me están esperando para que juegue con ellas.

Aunque con esto de volver a estudiar, la parte creativa la tengo un poco dormida...

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